Hoy estoy un tanto alarmista. No sé muy bien por qué, me ha dado por pensar en la jubilación. Será que se acercan los 25 y veo que a día de hoy, con casi dos años de experiencia en el sector periodístico, únicamente he trabajado como becaria y sin cotizar (cobrando poco o nada, ya de paso lo digo).
Pero si lo pienso, ¿de qué sirve cotizar? O, ¿para quién cotizo (o cotizaría, de hacerlo)? Mi jubilado padre tiene la idea de que él se pagó su jubilación y la pensión que hoy tiene y que es injusto que el Gobierno toque las pensiones (que subirán como mínimo un 0,25%, y es el caso de 2014; o como máximo un 0,25% más el IPC). Pues papá, lo siento, pero te equivocas.
Para quien no entienda por qué le digo esto a mi padre, os dejo un curioso vídeo de “Vaya Semanita” muy ilustrativo:
La ecuación es simple y viene diciendo lo siguiente: se acabó el dinero de las arcas públicas. Por mucho que se pudiera recaudar en impuestos, la situación actual es que por cada jubilado cotizan menos de dos personas (la tasa está en 1,9 aproximadamente) para pagar su pensión.
Pero el problema es que ESE no es el problema. Miremos al futuro y comparemos la evolución de la pirámide de población (pinchad, en serio, es una animación década tras década). Para cuando mi generación se jubile, en torno al 2050, cada trabajador tendrá que mantener a cinco pensionistas. Será una sociedad completamente envejecida donde la seguridad social, bajo mi punto de vista, debería dejar de llamarse “seguridad”. Más nos vale ir preparándonos un buen colchón para cuando seamos mayores de 67 (un plan de ahorro a largo plazo mejor que un plan de pensiones, miraos bien la tributación de ambos, es mi consejo).
Como decía, las arcas públicas están cada vez más mermadas y todos, yo incluida, decimos “no” a los recortes. Vale, pero no hay dinero. Con el dinero que no hay, se paga lo que ya sabemos: educación, sanidad, investigación, pensiones, obras públicas, y un largo etc. La frustración es siempre la siguiente: “¿Quién se ha llevado el dinero?” “¿Por qué tengo que pagar yo lo que han pifiado otros?”. Es cierto, pero aúnque no hubiera habido crisis, el modelo de seguridad social, precisamente por esa pirámide de población que se va invirtiendo, en algún momento tiene que cambiar.
Lo que viene no nos va a gustar, acostumbrados al modelo anterior. Pero no queda otra y no va a haber marcha atrás. Es la era del sálvese quien pueda: ahorra para ti, para los estudios de tus hijos, para cubrirte un seguro de salud, para que tu pensión en 2050 sean más de los 500 euros mensuales (sin revalorización por tiempo) que se prevén para entonces y, si no puedes hacer todo esto, huye; huye y mira desde lejos cómo en este país desaparece poco a poco la clase media y los ricos son cada vez más ricos, y los pobres más pobres.
Pero como he dicho, no me lo tengáis en cuenta. Hoy tengo un día alarmista
Aún así, si os interesa, os dejo un artículo de El Economista sobre el tema:
A mi no me parece especialmente alarmista Rocío. Es más que evidente que el modelo no se sostiene por ninguna parte. Y es evidente porque es imposible sostener un modelo así mientras la tasa de crecimiento de la población no sea positiva o al menos cero. Es decir, obviando el factor migratorio, la tasa de natalidad debería estar en mínimo 2 (un hijo por persona) para que se garantice una «renovación» de la población, base del modelo de seguridad social que tenemos. Creo que antes de la crisis no llegaba a uno, y a día de hoy no me quiero imaginar.
Ese es otro factor importante. La crisis no hace sino agravar el problema y destruir toda esperanza. Si la tasa de natalidad ya estaba baja en tiempos de bonanza, en tiempos de crisis baja aún más. En una crisis como esta, de la que apenas hemos empezado a ver las consecuencias, la gente literalmente no puede permitirse tener hijos. En un escenario con 20 millones de personas por debajo del umbral de la pobreza, tal y como planteaba un reciente informe (no recuerdo si de Cruz Roja o Unicef), ¿quién coño va a tener niños? Si hoy, y mucho menos mañana, no tenemos niños, ¿quién va a trabajar pasado?
El problema de mucha gente, sobretodo gente mayor, es que todavía no se han enterado de cómo funciona un sistema de seguridad social como el nuestro. Mi padre, como el tuyo, piensa que con todo lo que cotizó en su día ahora le pagan la pensión. Algo así como una hucha gigante en la que el estado guarda las aportaciones a la seguridad social de los contribuyentes, y en la que el dinero ha estado reproduciéndose (al contrario que nosotros) sin control hasta llegar a nuestros días, en los que nuestros jubilados obtienen sus pensiones de esa hucha gigante cada vez más mermada. Todo eso está muy bien en el mundo de la piruleta en el que viven tu padre y el mío, pero el problema es que las cosas no funcionan así.
No sé en qué trabajaría tu padre, pero en el caso del mío es aún más grave esa falta de conexión con la realidad, porque ha llevado durante media vida las cuentas de una universidad madrileña. Y no hay forma de hacerle entender que somos los contribuyentes de hoy los que pagamos las pensiones de nuestros jubilados hoy, y que nuestras pensiones de mañana las tendrán que pagar los contribuyentes de mañana. Son matemáticas básicas. Si tú empiezas metiendo en una hucha 10 pesetas y vas aumentando esa cantidad con el paso del tiempo, cuando empiezas a sacar la hucha se vacía mucho más rápido de lo que se llenaba. Primero, porque la cantidad que sacas es mucho mayor que la cantidad que metiste en última instancia (toda tu pensión sale de esa hucha, pero no todo tu sueldo entraba en ella, como es lógico). Con eso ya empiezas mal, pero es que las cosas se ponen aún más feas conforme continúas sacando, porque cada vez sacas más (revalorización de las pensiones). Pero si vas hacia atrás en el tiempo en la hucha, cuanto más atrás, menos metías. Si empezaste metiendo 1.000 ptas. cuando comenzaste a cotizar, ¿cuánto tiempo de cotización te hace falta para pagar una sola pensión mensual de 600€? 8 años y 4 meses. OCHO PUTOS AÑOS.
Yo puedo llegar a entender que la gente mayor no tiene por qué conocer cómo funciona la macroeconomía, ni el sistema de pensiones. Puedo incluso aceptar que la nomenclatura pueda no ser acertada, como en el «fondo de reserva para las pensiones», que puede llevar a pensar que es el dinero que has ido contribuyendo y que se ha ido acumulando para revertir ahora en tu pensión. El problema es que basta tener dos dedos de frente para ver que la mera revalorización de la moneda y la subida del coste de la vida hacen que, de funcionar así, a los jubilados no les llegaría ni para pagar un año de pensión con toda una vida de trabajo. Es evidente. No puedes comparar el dinero de ayer con el dinero de hoy. No valen lo mismo. Y si no valen lo mismo, no puedes usar las cantidades de ayer para las necesidades de hoy.
Pero da igual, yo ya he desistido. Es imposible razonar con alguien que no quiere razonar. Supongo que es exactamente el mismo mecanismo mental que lleva a muchos a seguir, aún a día de hoy, votando al PP.
Huye.